Descubre cómo conocerte mejor y vivir una vida plena

Autoconocimiento

Introducción

¿Alguna vez te has preguntado si lo que la gente ve en ti es lo que verdaderamente eres? Para descubrir lo que de verdad eres y quién eres lo mejor es hacer análisis interno y autoconocimiento. Pero no te preocupes si andas perdido, te voy a ayudar:

¿Qué es el autoconocimiento?

Conocerse a uno mismo significa que tenemos una comprensión profunda y honesta sobre nuestras propias características, habilidades, fortalezas, debilidades, valores, motivaciones, creencias y emociones.

Sé que puede parecer abrumador no conocer todos o alguno de los puntos mencionados, pero es lo más importante para conocernos plenamente y emprender nuestro camino de crecimiento personal.

Para ello, deberemos hacer un trabajo de introspección detallada y crítica de nosotros mismos. Esto significa que deberemos analizar nuestro interior, mirar adentro y descubrir cómo somos en realidad, sin prejuicios de los demás, solo nosotros con nosotros mismos.

Piensa que deberás tener la mente abierta a descubrir partes de ti mismo que no pensabas que fuesen así. Podrás sorprenderte de lo que puedes encontrar o aprender sobre ti.

Además, también podrás descubrir limitaciones u oportunidades de mejora que desconocías que tenías.

El proceso de conocimiento personal es un proceso continuo que puede llevarte toda la vida. Conforme crecemos y vivimos nuestras vidas, estamos sometidos a cambios, los cuales también afectan a cómo somos y por ello debemos realizar esta labor de autoconocimiento a menudo para no caer en el desconocimiento de nuestro propio ser.

¿Por qué es importante conocerse a sí mismo?

Conocerse a sí mismo no solo es un tema de curiosidad, de saber si lo que piensan los demás sobre nosotros es real o no. Se trata de descubrir cuáles son nuestras fortalezas y nuestras debilidades, saber qué nos afecta más y qué menos. No solo por el hecho de saberlo y ya está sino de poder usar este conocimiento a nuestro favor, en nuestro día a día, y aplicarlo en cuanto nos surjan situaciones estresantes o difíciles.

Sabiéndo en qué somos buenos podremos potenciarnos y tomar mejores decisiones. Así mismo, si sabes en qué fallas, cuáles son tus limitaciones o qué obstáculos hacen que no avances, también podrás analizarlos y ver el mejor modo para sortearlos y superarlos. Conocer todos los puntos de ti mismo es el primer paso para usar los buenos a tu favor y de superar los malos.

Si eres capaz de convertir tus puntos débiles en oportunidades de aprendizaje, estarás ganando.

Consejos para conocerte mejor

Si no sabes cómo empezar, puede que estos consejos te ayuden en tu camino de autoconocimiento. Son muy fáciles de seguir, los puedes aplicar a diario y te aconsejo que los apuntes en un papel o cuaderno y los revises regularmente para saber si algo ha cambiado. Con el tiempo, verás cómo vas mejorando y aprenderás a mejorar los puntos que quieras:

  1. Haz una listas de tus fortalezas y debilidades: sé honesto, solo tú vas a saber cuáles son, no te mientas, no servirá de nada. Tus fortalezas te ayudarán a saber en qué ámbitos destacas frente al resto, qué cosas sabes hacer mejor que nadie. Si las identificas, te darás cuenta de que tienes muchas virtudes que desconocías y que pueden serte muy útiles. Las debilidades no tienen por qué significar algo malo por sí mismas. Pueden significar una oportunidad de aprendizaje o simplemente sea un aspecto que no has trabajado lo suficiente en tu vida. Tómalas como algo a mejorar, con el tiempo, tampoco hace falta que te obsesiones, tómate el tiempo que necesites.
  2. Reflexiona sobre tus valores y lo que te importa en la vida: descubre qué es lo que más te importa, qué te mueve a ser mejor persona, qué valores te gustaría transmitir y qué bondades quieres destacar en ti. No solo se trata de presumir de lo bueno que eres como persona sino de descubrir cuáles son tus motivaciones para seguir adelante, mejorar y ayudar a los demás.
  3. Pasa tiempo a solas contigo mismo, sin distracciones, para poder escucharte: puedes meditar, realizar alguna actividad física, estar en casa o al aire libre. Lo importante es que dediques algunos momentos solo para ti, sin que nadie te distraiga. De esta forma podrás observarte, centrarte en tus necesidades, ver lo que más te apetece, saber lo que sientes y cómo te sientes.
  4. Presta atención a cómo te sientes emocionalmente en diferentes situaciones: Analiza tus sentimientos en cada situación, tanto difícil como fácil. ¿Cómo te sentiste la última vez que alguien hizo algo por ti? ¿Cómo reaccionaste la última vez que algo te sorprendió? No todo tiene que ser malo, también puedes observar cómo te comportas con los demás, cómo reaccionas a sus actos y aprender de ello. Puedes hacer esta actividad al final de cada día o al final de la semana, repasando mentalmente todo lo ocurrido y reflexionando sobre ello. De esta forma, viendo lo ocurrido y tu reacción sentimientos hacia ello después de que haya transcurrido algún tiempo, aunque solo hayan sido unas horas, podrás ver con mayor objetividad si te comportaste de buena forma o si tus sentimientos eran de verdad honestos.
  5. Identifica tus pensamientos negativos y trata de cambiarlos: aprende a detectar aquellos pensamientos negativos que puedan limitarte o hacerte sentir mal. Una vez los tengas identificados puedes empezar a transformarlos en otros pensamientos más positivos e incluso motivadores. Por ejemplo, si tienes el pensamiento negativo de que no eres lo suficientemente bueno para realizar un trabajo, intenta reemplazarlo pensando que tú eres capaz y que puedes aprender para ser más competitivo. El objetivo de esta actividad es que puedas cambiar tus patrones de pensamiento a la hora de afrontar todos los aspectos de tu vida y aprendas mecanismos que te ayuden a cambiarlos por otros más positivos. De esta forma verás cómo te irás sintiendo mejor contigo mismo y podrás abordar tus desafíos de una manera más efectiva.
  6. Escucha a tu cuerpo: presta atención a tus sensaciones físicas y observa cómo tu cuerpo reacciona en distintas situaciones. Por ejemplo, si sientes dolor o malestar al realizar una actividad física, es importante parar y descansar para evitar lesiones o empeorar tu condición. Escuchar a tu cuerpo también significa respetar tus necesidades y tus límites, sin forzarlos. Además, trata de no compararte con nadie más, cada persona es única, con límites físicos distintos, no te sientas presionado por no llegar a hacer lo que otros sí consiguen. El objetivo es estar en sintonía con tu cuerpo, escuchar lo que necesita, cómo se encuentra y aprender a cuidarlo de forma consciente y correcta.
  7. Aprende de tus errores y fracasos: Analiza y reflexiona sobre las situaciones en las que has podido fallar o cometer algún tipo de error. Puedes aprender de ellas, no las veas como un fracaso o un error irremediable. Piensa que, ahora que te has dado cuenta de lo que hiciste mal y en qué fallaste puedes tomar nota para no repetirlo en un futuro. Te pongo otro ejemplo: si has presentado un proyecto en el que las cosas no han salido como esperabas, en lugar de rendirte, piensa en lo que salió mal y el motivo de ello y busca soluciones para corregirlo la próxima vez que debas presentar un proyecto similar. Esto te será muy util tanto para situaciones similares como para nuevas, pues habrás aprendido que todos los errores sirven para algo. Fíjate en Edison, uno de los inventores más prolíficos de la historia, hasta él se equivocó innumerables veces hasta que inventó la bombilla. Y, ¿crees que se vino abajo o abandonó? ¿Crees que vio sus fallos anteriores como fracasos? Todo lo contrario, de ahí su famosa frase: “No he fracasado, simplemente he encontrado 10,000 maneras que no funcionan». Esto quiere decir que Edison veía sus fallos como una oportunidad de aprendizaje y no como una derrota.
  8. Pídele retroalimentación a personas de confianza sobre cómo te perciben: dicho con otras palabras, pídele a amigos, familiares o conocidos del trabajo que te den su opinión sobre cómo te ven. Desde su perspectiva podrán ayudarte a entender cómo te perciben los demás. Además, si tienes confianza con ellos no solo te diran tus puntos buenos sino también algún defecto que puedas corregir. Esto puede ser útil para tener una idea de cómo debes trabajar en ti mismo y mejorar algunos aspectos de tu personalidad o tu comportamiento para mejorar en el tema social.
  9. Aprende nuevas habilidades y trata de salir de tu zona de confort: Cuando aprendes nuevas habilidades o destrezas, no solo adquieres conocimientos prácticos sobre cómo hacer algo, sino que también mejoras tu confianza y tu autoestima al verte capaz de hacerlo por ti mismo. Además, al salir de tu zona de confort, de tu ambiente seguro en el que controlas todo a tu alrededor y en el que sabes cómo hacerlo todo, te estás enfrentando a nuevos desafíos y experiencias que te permiten crecer y desarrollarte como persona. Al principio puede resultarte algo incómodo. A nadie nos gusta sentirnos fuera de lugar o notarnos torpes al realizar una actividad nueva, pero, con el paso del tiempo y con la práctica, podrás sentirte mucho más seguro de ti mismo y mucho más preparado para enfrentar nuevos retos en la vida. Se trata de coger el hábito de emprender algo nuevo, el hábito de redescubrir nuevas facetas de ti mismo que desconocías, el hábito de indagar en la novedad, el hábito de sembrar la semilla de la curiosidad, de saber si serás capaz de hacer algo. Y al final, sorprenderte de tus capacidades, que ni siquiera tú esperabas tener. Si no lo pruebas no lo sabes.
  10. Sé honesto contigo mismo en todo momento, aceptándote tal y como eres: La honestidad consiste en no mentirte, no engañarte. Piensa que esto no te llevará a ningún sitio, no descubrirás nada nuevo de ti si estás constantemente mintiendote, ya sea para bien o para mal. Si piensas que eres peor de lo que realmente eres, no sabrás lo bueno que de verdad eres en algo. Y al contrario, si te crees mejor de lo que verdaderamente eres, podrías caer en el narcisismo y pensar que no necesitas mejorar ni aprender nada ni de nadie. Esto nunca es así, hasta el más sabio debe aprender cosas nuevas durante toda su vida. Y el menospreciarte tampoco te llevará a nada, debes aceptar tus virtudes y tus defectos, aprender lo que se te da bien y lo que no, en lo que eres bueno y en lo que eres malo. De esta forma, y aunque no mejoraras nunca tus puntos malos, el conocerlos te permitirá saber dónde poner tus límites. Por ejemplo, si crees que eres excepcional nadando y un día te retan a una carrera, pensarás que puedes ganar, pero puede que quedes atrás porque hayas sobrevalorado tus capacidades. Si por el contrario, piensas que eres pésimo nadando, puede incluso que ni lo intentes, y te estés perdiendo una actividad muy buena con tus amigos o familiares. Piensa que el conocimiento y la autoaceptación de uno mismo es lo mejor que puedes hacer para saber hasta dónde llegar o a partir de qué punto empezar a mejorar. Busca la mejor versión de ti mismo sin ocultarte.

¿Qué entendemos por vivir una vida plena?

Vivir una vida plena va más allá de buscar la felicidad constante. Se trata de buscar una vida en la cual te sientas más realizado, con metas y propósitos claros, y en la que puedas acpetarte a tí mismo de forma sincera.

Vivir una vida plena significa tener una buena relación contigo mismo, aceptando tus fortalezas y tus debilidades y buscando siempre el crecimiento personal, intentando ser cada día un poquito mejor persona de lo que fuiste ayer.

También es importante disfrutar de las relaciones familiares y sentimentales y de las actividades que realices. De esta forma tendrás una sensación de que estás haciendote feliz a ti mismo así como a tus seres queridos y allegados.

Tener una vida plena es vivir con autenticidad y honestidad además de con pasión. No se trata solamente de una mera búsqueda de la felicidad individual, sino de buscar una vida satisfactoria, que te guste vivir, que sientas como tuya, cuyo control esté en tus manos y puedas dirigirla en todo momento hacia su mejor estado.

Cómo conocerte mejor te ayudará a vivir una vida plena

Conocerte a ti mismo significa entender lo que te hace feliz, cuáles son tus habilidades y tus debilidades y cuáles son tus metas y objetivos en la vida. Esto te permite tomar mejores decisiones que te ayuden a estar más en sintonía con lo que realmente quieres en la vida.

Por ejemplo, si sabes que eres bueno resolviendo problemas, podrás buscar un trabajo en este área, donde puedas hacer uso de tus habilidades. Si conoces tus debilidades puedes trabajar en ellas para mejorarlas y puede que incluso algún día se conviertan en un punto fuerte tuyo.

Además, en el plano personal y sentimental, conocerte mejor a ti mismo ayudará a que tengas relaciones más saludables con las personas de tu alrededor. Si sabes lo que te gusta y lo que no te gusta podrás comunicarte mejor con los demás y expresarlo, para que todos os podáis sentir más cómodos y disfrutar de la compañía mutua.

¿Qué pasa si no me gusta lo que descubro al conocerme mejor?

Si descubres cosas sobre ti mismo que no te gustan o te hacen sentir incómodo, es importante no desanimarse. Conocerte a ti mismo es un proceso continuo y siempre habrá cosas que descubrir y trabajar. Lo importante es no juzgarte a ti mismo y trabajar en las áreas que necesiten mejora.

Si descubres algo que te preocupa, como una adicción o un problema de salud mental, busca ayuda de profesionales y no te sientas avergonzado o asustado de hacerlo. Hay muchas opciones de ayuda disponibles y buscar ayuda puede ser el primer paso para hacer cambios positivos en tu vida.

En resumen, descubrir cosas sobre ti mismo que no te gustan es normal y puede ser una oportunidad para trabajar en ti mismo y crecer como persona. ¡Espero que esto haya sido útil y no dudes en preguntar si tienes alguna otra duda!