De lo bueno, lo mejor.

Como decía Joseph Sugarman, uno de los grandes copywriters de la historia, el verdadero reto de un texto comercial no es ser creativo, sino interesante.

Todos los elementos que forman parte de la landing page tienen el objetivo de que el lector lea la primera frase. Y esa frase tendrá el objetivo de que lea la segunda y así sucesivamente.

Seremos en todo momento muy claros y concretos. Nos aseguraremos de que la propuesta de valor se entienda a la primera, derribaremos objeciones y daremos buenas razones para que elijan tu oferta, porque la verán única y especial.

A partir de ahí si quieres podemos jugar a ser creativos.

¡Empecemos!

La cabecera interesante

1. Conoces bien a tu cliente y te estás dirigiendo a él. ¿El título principal es breve, concreto, atractivo y te invita a seguir leyendo?
2. ¿Entre título, subtítulo y primer párrafo se transmite de forma clara la propuesta de valor de tu producto o servicio?
3. ¿Tocas en la cabecera el punto principal de dolor de tu cliente y le ofreces una solución?
4. ¿Se entiende cómo con tu propuesta de valor el cliente va a pasar de la situación A (en la que no quiere estar) a la situación B (en la que anhela estar)?
5. ¿Derribas la objeción principal de tu cliente en las primeras líneas de texto?
6. ¿Cada frase activa la curiosidad del lector y el deseo de saber más?

La estructura ordenada

1. Si leemos sólo los títulos, subtítulos y destacados, un poco por encima, mientras vamos bajando la página de forma rápida y desinteresada, ¿podemos entender cuál es la propuesta de valor y cuál es el dolor principal que ayudas a solucionar?
2. ¿Sigues alguna fórmula de copywriting como por ejemplo AIDA o PASTOR para ayudarte a ordenar las ideas y crear un discurso bien hilado?
3. ¿Cuentas alguna historia? Por ejemplo, la narración épica, conocida en marketing como “el viaje del héroe” facilita que el lector se identifique con el personaje principal y desee vivir la misma experiencia transformadora donde pasa de un punto A (en el que no quiere estar) a un punto B (en el que anhela estar).
4. Cada cuestión se explica solo una vez, pero si el texto es largo puedes hacer un resumen final.

El estilo narrativo

1. Lee en voz alta toda la landing page y lima las asperezas. Descarta generalidades y lugares comunes.
2. Potencia el ritmo narrativo mezclando frases cortas y largas, tratando de que ninguna supere los 200 caracteres. Usa un vocabulario rico y variado. Limita el uso de adjetivos y aumenta el de verbos de acción. Crea imágenes mentales con metáforas y comparaciones.
3. Elige palabras concretas y fáciles de entender. Evita expresiones abstractas que buscan enfatizar pero que en realidad no dicen nada, como por ejemplo: soluciones integrales, pasa al siguiente nivel, todo lo que necesitas para…
4. Solo hay uno en el mercado que puede ser “el único”, “el mejor” o “el más”, si eres tú concreta el área en la que destacas. Si no lo eres expón los beneficios de tus servicios.
5. Si usas varios elementos enfáticos como exclamaciones, negritas o destacados coloreados generarás caos visual. Elige muy pocos y colócalos bien en la página para que resalten.
6. Cuando termines la edición lee el texto de nuevo y elimina las partes que aporten menos valor. Trata de dejar el mínimo número posible de palabras.
7. Asegúrate de que no haya faltas ortográficas ni gramaticales.

La experiencia del cliente

1. ¿Cómo quieres que el cliente se sienta cuando interactúa con tu marca?
2. ¿Cuál es la misión de tu marca? ¿A qué valores se asocia?
3. ¿A través de tu marca deseas que el cliente se vea a sí mismo en una versión mejorada que aspira a alcanzar?
4. ¿En qué nivel de consciencia se encuentra tu cliente desde el punto A (lugar en el que no desea estar) hasta el punto B (lugar en el que anhela estar)?
5. ¿Qué tipo de lenguaje debes usar para que tu cliente ideal sienta que tu marca es cercana y accesible para él?
6. Revisa tu texto para asegurarte de que estás transmitiendo tus valores de marca y la experiencia de usuario que deseas.